¡Oh, Profeta!, [haz saber a los musulmanes que] cuando divorcien a las mujeres, deben hacerlo durante el tiempo señalado1. Calculad con atención los días de ese período, y tened temor de Dios, vuestro Señor. No las expulséis de sus hogares y que ellas tampoco lo abandonen, a menos que hayan cometido una indecencia evidente. Estas son las leyes de Dios. Quien quebrante las leyes de Dios habrá sido injusto consigo mismo. Tú no sabes si Dios, después de esa [primera ruptura], hará surgir una reconciliación.