[Dios] os propone un ejemplo tomado de su propia vivencia: “¿Aceptaríais acaso que algunos de entre la servidumbre compartieran con vosotros los bienes que les he concedido, que [repentinamente] tuvieran partes iguales, o que tuvierais vosotros que temerles como teméis a vuestros adversarios?” Así es como aclaro los signos para quienes razonan.