Entre la gente hay quienes dicen: “¡Creemos en Dios!”; pero cuando sufren algún perjuicio por la causa de Dios, consideran que la opresión de las personas es un castigo de Dios [y reniegan de su fe]1. En cambio, cuando tu Señor les concede un triunfo, dicen: “¡Siempre hemos estado con vosotros!” ¿Acaso no es Dios Quien mejor sabe lo que hay en los corazones de la gente?