Diles: “Obedeced a Dios y obedeced a Su Mensajero”. Pero si rehúsan, el Mensajero solo rendirá cuentas por lo que se le ha encomendado, y ellos deberán rendir cuentas por lo que se les ha ordenado. Pero si le obedecen [al Mensajero] se encaminarán. Mi Mensajero solo tiene la obligación de transmitir [el Mensaje] con claridad.